lunes, 22 de febrero de 2010

Desafíos y representaciones del Museo de la Memoria


Uno de los desafíos para el Museo de la Memoria es cómo convertir la voluntad de un sector directamente afectado en una necesidad de la sociedad.

Siendo el museo un vehículo de la memoria y no la memoria, entonces se plantea qué es lo que debe representar para cumplir la tarea propuesta.

Uno de los objetivos es la preservación de la memoria de lo ocurrido en nuestro país durante los años de la última dictadura militar, trabajando para evitar que el olvido se lleve consigo la atroz verdad de los campos de concentración, la desaparición forzada de personas, la apropiación de niños y la tortura, prácticas aberrantes que fueron naturalizadas por el Terrorismo de Estado.

Esto lleva al desarrollo de actividades investigativas y educativas tendientes a generar conciencia no sólo de la dimensión trágica de lo ocurrido en el pasado sino, también, a advertir en este presente la existencia de situaciones históricas y sociales que merecen y exigen un compromiso sensible y humano.

Otra tarea es la construcción de puentes que promuevan el diálogo inter generacional y sean de utilidad para hacer del pasado un territorio de constante interrogación y aprendizaje para que en el presente se haga realidad el Nunca Más.

El fortalecimiento de los valores de la libertad, la justicia y la dignidad humana, que fueron vulnerados por la dictadura, resultan indispensables para la construcción de cualquier comunidad democrática.

La comunicación permanente con la literatura y el arte en todas sus formas permite representaciones y poéticas que resultan el vehículo más eficaz de comunicación de las terribles verdades de nuestra historia contemporánea.

A quién está dirigido el Museo

  • A los participantes activos y sobrevivientes; acompañando sus esfuerzos y virtudes humanas con la convicción de que la experiencia histórica por ellos vivida es un elemento fundamental para construir las bases de la sociedad futura.
  • A las personas que no han podido contar lo que les pasó, lo que vieron, lo que vivieron, y así brindar un espacio que les permita salir del silencio. Reivindicando el derecho a la palabra y a ser escuchados como modo de pertenencia e inclusión social.
  • A los que quieren saber; narrando y reconstruyendo episodios de la historia colectiva de los años de la última dictadura que no siempre son abordados con rigor y sistematicidad por el resto de las instituciones públicas en general y educativas en particular.
  • A los incrédulos; mostrándoles que tales cosas sucedieron, que tales personas existieron y que tales acontecimientos tuvieron lugar en un tiempo dado.
  • A los indiferentes; poniéndoles en evidencia el proceso de pérdida de libertades y de valores éticos y morales que significó para la sociedad en su conjunto la implementación del Terrorismo de Estado.


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