miércoles, 20 de octubre de 2010

Alberto Bono

Inauguración Complejo Casa del Tango 005 (Guillermo Turin)

Los artistas tienen la cualidad de ser eternos llevándonos una gran ventaja al resto de los mortales. Alberto Bono ya no volverá a acariciar a su bandoneón ni a arrebatar la magia de sus pinceles, pero vivirá por siempre en la música grabada y en los cientos de cuadros que tiene colgados por todo el mundo.
Hoy nos ha dolido la noticia de su partida a otra dimensión, porque además de un gran artista, Alberto era una excelente persona.
Levantó su atelier en el mismo barrio en que nació y desde la ventana que daba a la calle, entre una pincelada y otra, saludaba a los vecinos que, tal vez, no alcanzaban a comprender la dimensión que tenía su arte, porque nunca hablaba de sus triunfos.
Era uno más recorriendo las calles y cargando su bandoneón. Pero en el escenario, la pasión por el tango encendía sus dedos y arrancaba una música que le dictaba el corazón.
Hasta cada momento, Alberto. Cuando escuchemos tus discos, cuando miremos tus cuadros, vas a estar allí con tu espíritu de soñador incurable.

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